La electromovilidad también conlleva nuevos requisitos para las especificaciones de los neumáticos, debido, entre otras razones, al mayor peso y par de los vehículos eléctricos. Las mayores cargas requieren neumáticos con mayor resistencia lateral, y la distancia de frenado se amplía. Una menor resistencia a la rodadura contribuye a mejorar la eficiencia energética y, por tanto, a aumentar la autonomía del vehículo. Unas menores emisiones de ruido significan comodidad en el habitáculo, y este criterio está adquiriendo gran importancia ahora que se ha eliminado el ruido del motor de combustión. Sin embargo, un par motor inmediato en el arranque conlleva un desgaste más rápido y/o una reducción del rendimiento en marcha.
Se demandan neumáticos "a medida". Las capacidades de ensayo flexibles y los tiempos de ensayo más cortos son las claves para mantener la ventaja competitiva.